31 de enero de 2010

Adiós, Enero



Enero...


Ojalá en Enero, en este lado del globo, hiciera un calor tan abrasador, que lo borrara para siempre del calendario. Y a pesar de que Enero tiene el corazón helado, no se quema con la gelidez de su propio armazón de hielo, qué ironía.

... Me queda como consuelo que pasarán once meses sin que tenga que volver su rostro, cual astro rey, sobre cuatro esclavas que desfilan lastimeramente hasta su muerte, hasta su gloriosa, gloriosa muerte. Este año, en números rojos.


30 de enero de 2010

Tapa

Y después de comerse el mundo,
escupió la cáscara y dejó de nuevo el palillo sobre el plato.

28 de enero de 2010

Inocencia



Y era una niña tan inocente, tan inocente, que cuando un chico le preguntó ¿Me la chupas? se acercó a él y le quitó con un beso los restos que manchaban las curvas de sus labios de la granizada que acababan de compartir en el banco del parque.



19 de enero de 2010

Consumismo

¿Qué haces con lo que sobra?


Debes tirarlo. Es la filosofía actual.


Si algo no te sirve, no funciona, está roto, le faltan piezas o es defectuoso, se tira. Así de simple.


¿Pero qué hay de aquello que no pueden tirar o no quieren tirar aquello que, bajo la mirada del mundo, les sobra?
¿Qué hay de los enfermos de nostalgia que aún guardan esa canción, ese poema, esa carta, esa prenda de ropa? ¿Y aún peor, los que guardan esa mirada, ese beso, esa sonrisa, esas palabras de aliento?


¿Qué haces si guardas un sentimiento?


Quienes guardan lo imposible, se pudren por dentro.


Quien anhela, desespera.


Tal vez sea bueno ser consumista, pues el vacío no duele.
El vacío es la salvación del masoquista, del que ama a medias, del que es amado a medias, del que no es amado.


Y quien abrace al consumismo, un cobarde. O alguien muy inteligente.


Me pregunto qué se debe sentir en la soledad y saberte invulnerable ante el pasado.


Cómo debe ser no soñar por la noche.

15 de enero de 2010

Media Verónica





Media Verónica despierta
le molestó la luna
por la ventana abierta.
Llegó una carta desde el frente;
el cántaro se rompe
y se secó la fuente.
Va a decidir qué hacer cuando despierte del todo
y borrar con la mano
lo que ayer escribió con el codo.
Habrá que ver
si la crónica Verónica reacciona,
la Verónica mitad
tiene muy poca maldad
pero está cansada de esperar...
Media Verónica está rota
no tiene muchos años
pero le hicieron daño.
Rompió una lanza por la risa,
pero no tiene prisa
y se ríe muy poco.
No va a saber qué hacer cuando no sople más viento,
no sabe distinguir el amor de cualquier sentimiento.
Quiere vivir
una vida diferente cada día;
la Verónica mitad
está en la flor de la edad
pero está cansada de esperar...
En la ventana hay una nota:
el pájaro no vuela
tiene las alas rotas.
Media Verónica lamenta
que el tiempo se consume
y lo demás no cuenta.
La vida es una cárcel con las puertas abiertas,
Verónica escribió
en la pared con la tripa revuelta.
Nada que ver,
no habrá flores en la tumba del pasado.
La Verónica mitad
dice siempre la verdad
pero está cansada de esperar...




De Calamaro, pero versionada por Iván Ferreiro




Dedicado a la Elvira Nunca Duerme de 15 años



7 de enero de 2010

Epístolas a Nunca Jamás I I I (Final)

Querido Peter Pan:


No hace mucho que te escribí mi última carta. Sé que el correo llega allí rápido, y también sé por qué no me llega ninguna respuesta desde que la espero. La respuesta es bien sencilla.
Solo quiero que sepas que te odio. Te odio por haberme abandonado.
Serás el culpable de mi nostalgia durante mucho tiempo, hasta que consiga olvidarte definitivamente o hasta que me llegue la muerte.


¿Sabes que cada vez que mire hacia el cielo me acordaré de ti? Y recordaré que fui abandonada, que preferiste a tus sirenas antes que a mí.


Te he decepcionado. He crecido. Y tú eres lo suficientemente cobarde como para no asirte a mi mano y continuar tu camino junto a mí.


"To wend" significa "volver al camino", "marcharse", "encaminarse". Y yo me marcho, Peter. Me marcho para no volver nunca más a tu lado. Debo encontrar mi propia senda.


Ojalá no te hubiera conocido nunca...