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22 de abril de 2012

Wendy a Garfio

En un momento de soledad:

-Te quiero. Todo lo demás, todo lo que nos separa, todo lo que nos diferencia, me da igual.

21 de abril de 2012

Bordeando el abismo

Cien kilómetros al sur por la autopista llegas a un acantilado donde los martines pescadores se lanzan en picado contra las olas embravecidas en busca de alimento. A veces es peligroso, pues el agua es traicionera y no son pocos a los que les cuesta volver a la superficie con o sin su presa.

Sin embargo el magnetismo es muy fuerte. Están hipnotizados por las fuertes corrientes y las pequeñas figuras plateadas que hay en movimiento bajo la espuma.

Rocas, rocas afiladas por todas partes y ellos, ajenos al peligro, insisten en arrojarse contra el mar porque les va la vida en ello.

Bordear un abismo puede ser peligroso. Un paso, otro paso, otro paso. A veces ligeros fragmentos de roca se desprenden y caen, haciéndote sentir el vacío bajo tus pies. ¿Y cómo acabar entonces con el miedo?

La mejor forma de vencer la tentación es caer en ella, dice Wilde.

La mejor forma de sortear el abismo es arrojarse a él, entonces.

La única pregunta que hay que hacerse, pues, es si te vas a tirar con los ojos abiertos o cerrados.

12 de agosto de 2011

Silencio


El silencio, el silencio.


El silencio te hace guardar las palabras en la mesilla de noche, como en un descuido, y cuando te levantas por la mañana, olvidarlas al comienzo del día. Y así es como comienzan las semanas en silencio.

Después te olvidas de que has amado, olvidas que has sufrido, olvidas cómo se pide educadamente un café y sólo queda una tela muy fina que te envuelve y te atrapa, te atenaza los músculos y te impide escapar. Como las telarañas que hace tiempo que fueron deshabitadas y sólo queda un cúmulo de cadáveres vacíos.

El silencio nos hace desaparecer de nosotros mismos y nos entierra en la mente de los demás.



Pero yo quiero volver a ser la que era.
Quiero vencer el silencio.


Y aunque ahora lo evoco con fuerza, pues el silencio forma parte de mí,
a cada palabra que escribo y que lees, lo venzo poco a poco,
rompo la tela de araña y escapo.

Y me resigno a morir, a ser enterrada sin ni siquiera tener un epitafio que deje constancia de mí.

Unos meses no son nada.

¿Qué son unos meses de silencio?

Respiro, estoy viva.

Comienza el silencio...

y otro termina.



30 de marzo de 2010


"Las mujeres modernas no te cosen los botones", dijo Bukowski.

Claro que no, señor Bukowski. Preferimos que los hombres vayan a pecho descubierto, mostrando quiénes son sin esconderse tras la ropa. Y, si acaso, es mejor usar cremallera, que no botones. Todo el mundo sabe que la cremallera es mucho más rápida que el botón y, en ciertos contextos, esto es una gran ventaja.


19 de enero de 2010

Consumismo

¿Qué haces con lo que sobra?


Debes tirarlo. Es la filosofía actual.


Si algo no te sirve, no funciona, está roto, le faltan piezas o es defectuoso, se tira. Así de simple.


¿Pero qué hay de aquello que no pueden tirar o no quieren tirar aquello que, bajo la mirada del mundo, les sobra?
¿Qué hay de los enfermos de nostalgia que aún guardan esa canción, ese poema, esa carta, esa prenda de ropa? ¿Y aún peor, los que guardan esa mirada, ese beso, esa sonrisa, esas palabras de aliento?


¿Qué haces si guardas un sentimiento?


Quienes guardan lo imposible, se pudren por dentro.


Quien anhela, desespera.


Tal vez sea bueno ser consumista, pues el vacío no duele.
El vacío es la salvación del masoquista, del que ama a medias, del que es amado a medias, del que no es amado.


Y quien abrace al consumismo, un cobarde. O alguien muy inteligente.


Me pregunto qué se debe sentir en la soledad y saberte invulnerable ante el pasado.


Cómo debe ser no soñar por la noche.